Muchas veces reflexiono, leo y observo acerca del objetivo de los «ajustes» en la práctica.
En días de lluvia como hoy creo que en el proceso de acompañar la práctica del otro a través del toque, los matices son infinitos y tan peculiares como las personas y sus momentos.
Sostener, soltar, guiar, precisar, tonificar, abrir, que la cosa se expanda o que vaya hacia el centro…
No hay UNA manera… no hay UNA práctica.
La práctica es el medio, una excusa, y el ajuste una posibilidad de surcar nuevas huellas.
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