Guardo especial afecto por toda la serie de fotos a la que pertenece esta.
Era el año 2012 y fue la primera vez que hice un registro fotográfico de las prácticas, con la querida Marina Chazanavicius.
El (mi) mundo estaba en total estado de convulsión, y con la fuerza del cauce del río, de lo único que tenía certeza era de el tiempo que era prioritario compartir con Candelaria y que tenía que sostener mis prácticas, las que daba y la mía personal.
Y con la intuición de timón ahí fui.
Y así fueron pasando los años, Andrea, mi maestra me decía «hay que conseguir más alumnos, 4, 5, 6» Me recomendaba gente, le voy a agradecer siempre su sostén y confianza.
Varios de los que están en esas fotos, aún siguen hoy practicando y eso me emociona, los espacios fueron cambiando, Candelaria creció, yo también y la práctica sigue ahí como un latido constante, un tempo, un metrónomo vital que me inspira cada día.
Como dice Lorca: «las cosas cuando buscan su cauce encuentran su destino»
o como dice el bastión Yogui: «Practice and all is comming» y juro que no es bla-bla…
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