Sangha es en su traducción del sánscrito, algo así como cómo «comunidad de amigos en la práctica». Quienes trabajamos de manera independiente y autogestiva, sabemos que así pasen decenas de años, la tarea de sostén es cotidiana, día a día, clase a clase… nunca «ya está». Eso es hermoso, porque te entrena en la creatividad, el estado de presencia, te impulsa a abrir, expandir, conocer, pensar.
Este año con estas circunstancias es especialmente desafiante, allá por el 10 de marzo, cuando esto se veía venir, fue una bomba: todas esas preguntas, que están siempre latentes, se amplificaron en todas las direcciones: «¿Se podrá? ¿Se sostendrá? ¿Tiene sentido? ¿Podremos mantener la llama?»
Hoy puedo decir que me siento feliz, agradecida y muy honrada. Esa sangha, tribu o comunidad que vibraba en las clases, los retiros, las meriendas… año tras año, sala tras sala, ES Y ESTÁ, FUERTE Y PRESENTE por ahora en esta modalidad, hasta que podamos volver a extender nuestros mats en la sala… pero se siente la presencia, el amor y el cuidado.
GRACIAS ❤
Volveremos a abrazarnos, cada día falta un poquito menos, pero sepan eso… que somos sangha, y nos tenemos.
SEPTIEMBRE SEGUIMOS ONLINE. MISMOS HORARIOS, MISMO AMOR.
Ilustración @yogini_draws
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